El cuento de la criada, de Margaret Atwood

The Handmaid's Tale (El cuento de la criada) de Margaret Atwood. Ya me había visto al completo al serie, del mismo nombre, cuando descubrí que ésta estaba basada en un libro. La historia me gustó tanto que estuve buscándolo por todos lados hasta que en Irlanda él me encontró a mí. La historia de El cuento de la criada se centra en una espeluznante distopía en la que se narra, a través de una voz femenina en primera persona, un futuro en el que, tras unas guerras con armas nucleares, los Estados Unidos se han transformado en la república de Gilead, una teocracia basada en el puritanismo y en la interpretación extrema del Antiguo Testamento en el que la sociedad se estructura y organiza de manera patriarcal y arcaica. La verdad es que es un libro muy sencillo de leer. Sus 200 páginas son muy ligeras, sin demasiados ornamentos. La autora va directa al grano desde la primera página. Sabe lo que quiere contar y en qué orden hacerlo, no le da demasiadas vueltas a las cosas. Eso sí, quizá por esta razón, en algunos momentos se echa de menos un poco más de profundidad en los personajes y sus relaciones. No obstante, es una lectura totalmente recomendada. Y ya puestos, os recomendamos también veáis la serie, de excepcional calidad. Si sois como yo y os supo a poco el libro, la serie es ideal para rellenar todas las cosas que quedaron en el aire. De 10.
Sinopsis: Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood (Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2008) a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con llamativa premonición una amenaza latente en el mundo de hoy. En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se rebela —o si, aceptando colaborar a regañadientes, no es capaz de concebir— le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo. Los peligros inherentes a mezclar religión y política; el empeño de todo poder absoluto en someter a las mujeres como paso conducente a sojuzgar a toda la población; la fuerza incontenible del deseo como elemento transgresor: son tan sólo una muestra de los temas que aborda este relato desgarrador, aderezado con el sutil sarcasmo que constituye la seña de identidad de Margaret Atwood. Una escritora universal que, con el paso del tiempo, no deja de asombrarnos con la lucidez de sus ideas y la potencia de su prosa.

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