Sinopsis:
Un chico con el corazón de hielo. Una chica que huye de sí misma. Dos destinos que se cruzan. Heather cree que solo hay tres cosas que sabe hacer: atraer problemas, salir huyendo y correr. Así es como termina en Alaska, en un pequeño pueblo perdido, trabajando de camarera mientras intenta llevar una vida nueva y tranquila. Su único problema es que uno de los dueños del restaurante parece odiarla y que ella nunca antes ha conocido a nadie que despierte tanto su curiosidad. Nilak es reservado, frío y distante, pero Heather puede ver a través de todas las capas tras las que se esconde y sabe que en ocasiones hay recuerdos que pesan demasiado; como los de sus propios errores, esos que intenta dejar atrás. Pero, a veces, la vida te da una segunda oportunidad. La nieve empieza a derretirse. Y todo encaja.
Opinión:
Hace tiempo que leí 'El chico que dibujada constelaciones' de esta misma autora y me encantó, por lo que cuando este cayó en mis manos, no dudé en leerlo.
Para definir este libro, no se me ocurre nada mejor que las palabras de su autora: una chica perdida que llega a Alaska y se encuentra con un chico perdido que no quiere ser encontrado.
Me ha gustado bastante la verdad. El misterio tras los actos de sus personajes me ha tenido intrigada todo el libro, y me ha encantado que (para variar) uno de los personajes principales sea un peludo con tanto peso en la historia. Me habría gustado que hubiese incidido un poco más en las costumbres de los inuit.
Destacar también que toque tantos palos distintos, como el duelo, los problemas alimenticios,.. Al final suelen ser temas peliagudos que no se suelen tocar a fondo y juntos.
Buen libro para sentarte a leer y desconectar. No se por qué he tardado tanto en volver a leer a Alice, ya que El chico que dibujaba constelaciones me enamoró absolutamente, pero sin duda, no será lo último.
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