Sinopsis:
Esta es una novela que nos habla de fracasos generacionales, valentías como ya no quedan y amores de verdad. Una historia sobre dos mujeres que, en el momento más inesperado, compartirán su pasado y su presente, buscando la una en la otra su tabla de salvación.
Sofía es una treintañera que no atraviesa su mejor momento. Recién divorciada y en el paro, decide mudarse a casa de su abuela Julia para cuidarla y, de paso, ahorrarse el alquiler que no puede pagar. Lo que al principio es una solución desesperada se convierte pronto en una especial relación de convivencia entre una anciana cada vez más enferma, que desea narrar su vida antes de que se le acabe el tiempo, y una nieta que, página tras página, irá dándose cuenta de cómo necesita escuchar ese relato.
Las extraordinarias vivencias de la abuela durante la Guerra Civil, cuando arriesgó su vida como parte de un grupo de resistencia mientras el hombre al que amaba estaba preso, se unen en esta novela al reflejo -lleno de ternura y tristeza, pero también de humor- de la rutina de estas dos mujeres que comparten unos días que saben que serán los últimos. Basándose en la historia de su propia familia, la autora trenza una novela que salta una y otra vez de la actualidad al pasado, para contarnos dos historias que tal vez hayan sido siempre una sola.
Opinión:
¡Qué barbaridad de novela! Partiendo de la base de que no es el tipo de novela que suele recaer en mis manos, que me haya durado lo que me ha durado dice mucho. O todo. Y es que han sido dos días (y porque he estirado los últimos 4 capítulos) maravillosos. ¡No me podía despegar del libro!
Nos encontramos con una historia contada en dos tiempos. Por un lado, tenemos a Sofía, en la actualidad, que hundida en su vida personal y laboral se traslada a casa de su abuela Julia, de 96 años, para cuidar de ella. Esta, intenta ayudarla, hacer que crea en sí misma, y que se quiera un poco más, que al final es la clave de todo. Por otro lado, volvemos a los años 30, antes y durante la guerra civil: Julia comienza a contarle a Sofía su historia con su abuelo, a quien ésta no conoció: como se conocieron y enamoraron, y las penurias que pasaron durante la guerra civil. Un relato claro de cómo se vivió una época tan convulsa en los pueblos: miedo y hambre gobernaban todo. Y en primera persona, como alguien que lo sufrió de verdad. Capítulos cortos, que se van alternando de una época a otra, con un ritmo que te pide seguir avanzando en ambas historias, y un lenguaje fresco. Todo salpicado con un montón de reflexiones que te hace parar y pensar.
Me ha encantado Julia. Me ha recordado tanto a mi abuela, a mi Rosi, que me ha tenido con el nudito en la garganta página tras página. Y no solo la Julia del presente, con sus enfados y sus lecciones. También he podido ver a mi abuela de joven a través de su historia, como cuando Rosi nos contaba cosas de cuando era joven. Y me ha sacado muchas sonrisas, pero también alguna lagrima.
Y el final del libro... ¿Pero qué llorera, Bárbara? Este libro acaba de acceder directamente a lo alto de mis novelas favoritas de todos los tiempos, y se va a convertir en la que más recomiende, sin duda.
Ahora, solo tengo dos preguntas: la primera, ¿Cómo tardaste tanto en regalarnos esta maravilla? y la segunda. ¿Llegará pronto un nuevo libro? ¡Yo ya lo estoy esperando!
Comentarios
Publicar un comentario