Sinopsis:
Frente a la base naval de Rota, tras el cordón policial que acordona la brutal escena, un grupo de vecinos clama que se haga justicia: el cuerpo de la joven Diana Buffet yace salvajemente mutilado y con unas enormes alas cosidas a su espalda.
Ni las cámaras ni el helicóptero de vigilancia de la base han captado una sola imagen que pueda servir a la investigación; algo incomprensible.
La sargento Patria Santiago sabe que el asesino va a volver a matar, pero nadie la cree, ni siquiera el cabo Sacha Santos -a quien le gustaría ser algo más que su compañero-, porque al igual que piensa el resto de Rota, Patria ha convivido con el dolor demasiado tiempo como para ser de fiar.
Una sola pista, la investigación que Diana estaba haciendo sobre la base, y su relación con la desaparición de una joven hace sesenta años, cuando los americanos llegaron a Rota, parecen ser los únicos hilos de los que tirar.
Opinión:
Novela adictiva desde la primera hasta la última página. Le tenía muchísimas ganas desde que salió, y me daba miedo que de tener expectativas tan altas acabase decepcionándome, y para nada.
Es un thriller contado en diferentes planos temporales que nos van permitiendo encajar las piezas del puzle que se nos presenta para averiguar quién es el asesino de las palomas, pero al mismo tiempo, para sacar a la luz el misterio que se esconde en la vida de Patria y su pasado.
Me han encantado Sacha y Patria, la pareja de guardia civiles detrás del asesino y los protagonistas principales de la historia. Espero pronto poder leer algo más con ellos al frente.
Aunque es una novela larga, la autora no permite que decaiga el ánimo, con un montón de giros argumentales a lo largo de toda la historia que te mantienen en vilo y una tensión que se mantiene hasta casi el final.
Genial ese final abierto hacia el futuro, me ha encantado. Me parece una trama muy bien encajada y estudiada. ¡Desde luego será una de mis mejores lecturas de este año!
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